¿Qué le pondrías a tu anzuelo?

Muchos especialista en temas del conocimiento humano dicen que todos, queremos amor, todos, todos. Pero por una parte no sabemos pedirlo y tampoco sabemos darlo, o no sabemos reconocerlo.

Y entonces surgen los mitos, que tratala mal para que vea quien eres, que déjalo esperando para que te valore, que si l@ ignoras va a caer rendondit@. Que dile que sí, pero mejor no, en fin actitudes que van por el estilo. 

Los otros mitos son tienes que ser buen@, trabajador@, limpi@, tener cintura de abispa, dientes de perla, manos de marfil, tienes que ser sexy, de medidas perfectas.

¿Perfectas? ¿perfecto para qué?, lo perfecto es feo, no es humano y la realidad es que cuando amamos terminamos queriendo a nuestro “marrano parado”, al negrito cucurumbe, al gordo y el flaco, a la más engreída, etc, tantos calificativos como se nos ocurran. 

El asunto es que terminamos queriendonos por la sin razón, por fuerzas desconocidas, aunque hay quienes digan –yo no soy de esos– pero también justifican a muerte la elección que hayan echo.

No nos compliquemos el amor se da en el buen trato, en la sonrisa fácil, en el conocer a la otra persona, en las atenciones que se tengan hacia los gustos del otr@, de la admiración por lo que sea que haga el otr@, las palabras dulces, tranquilas, amables y desde luego la reciprocidad. En fin así como nos gustaría que nos trataran es como generalmente quieren ser tratados los demás.

Todo ello desde el punto de vista de un espíritu positivo, constructivo, amoroso y tener ese bagaje es tema para otra ocasión....