¿Por qué no eres normal?

 ¿Por qué no eres normal?




Un lugar común en las rutinas de comedia es que haya una personaja que es una mujer que tiene conciencia feminista, por lo tanto social y/o también ecológica. Los diálogos se desarrollan en lo absurdo de la vida cotidiana y que éstas mujeres usualmente cuestionaran, ya que son comportamientos machistas, antisociales, de la inconsciencia, a lo que los demás indudablemente le responderán ¡Por qué no eres normal!


Y es que ser normal es no cuestionar la norma y la norma es no cuestionar lo establecido tal y cómo está. Y como vivimos en un orden patriarcal se trata de no alterar ese orden, la norma es sujetarse a todos sus mandatos. Y a estas alturas de las violencias y el desastre de humanidad que somos eso es cada vez menos gracioso y para muchas de nosotras nunca lo fue. 

Otro cuestionamiento es por qué queremos ser diferentes, pero también porque nos queremos parecer a determinados estereotipos.... es una locura para una mujer descubrir quien quiere y debe ser para tener sentido de pertenencia. 

¿Por qué no eres normal?, no soy normal porque no nací para que me pusiera una vida de la talla de los estereotipos que ofrecen y que no me quedan, no me van bien, no me gustan, no me hacen crecer, no me dignifican, no me permiten ser tal cual soy. 

No soy normal porque seguir la norma de un mundo violento, enfermo, egoísta, misógino no puede ser mi norma porque va en contra de mi dignidad y porque en todo caso nací para cambiar las normas. 

No soy normal porqué la norma patriarcal me quiere sumisa, dócil, a modo, para poderme controlar, manejar, disponer de mi tiempo, de mi vida, de mi cuerpo y resulta que yo tengo derecho a una auténtica forma de ser, es decir puedo y debo ser lo que se me de mi reverenda gana. 

Por qué no te sometes como todas a las reglas del grupo, ¿de cual grupo? del que me digas, cualquier grupo quiere ese orden vertical, esa postura de seguidoras a ciegas en donde el que tiene plata platica, es decir la o el más fuerte, y no, esa norma tampoco es la mía, lo mío son todas la voces, son los diálogos, son las charlas, son los desacuerdos que nos enriquecen, son la diversidad de ideas que nos saca de esa rigidez de la soberbia. Lo mío es la comunidad es pasear en un salón en donde todas las voces cuentan y valen. 

Por que no te conformas con ese hombre que ni es tan bueno pero tampoco es tan malo, por qué no eres normal, te quedarás sola. Tampoco me gusta esta norma, esa de lo menos peor, la de la mediocridad, la del miedo a la soledad, porqué miles de mujeres viven en infiernos de la normalidad en dónde preferirían estar solas que mal acompañadas pero están atrapadas porque sobre todo son normales. 

Ese absurdo de la estandarización es antinatural, las mujeres, somos diversas, de millones de formas de ser y esa es la riqueza y la solución, no el problema. El problema es que este orden patriarcal nos quiere a modo, uno cuantos modelos que pueda entender, manejar y de los cuales disponer, la madre, la santa y la puta, con eso les alcanza para sus privilegios. 

Históricamente las mujeres que rompemos moldes, que no nos ajustamos a esa estandarización vamos creando nuevos modelos y se vuelven a adaptar y se vuelven otro estereotipo más. 

Una vez más lo importante es romper el gran molde, nos soy normal porque a mi nadie me dirá cual es mi norma, quiero un mundo en el que las libertades de coexistencia sean a norma, las que nos permitan florecer. 

El orden patriarcal es el gran reto, la despatriarcalización indudablemente nos llevará a una vida de derechos, de condiciones de libertad para el desarrollo humano feminista y el nuevo orden es violeta, es una vida en comunidad, colaborativa, de crecimiento, de pleno respeto y valor de toda la diversidad de expresar y vivir la vida cada ser humano y florecer en lo personal pero sobre todo en comunidad. 

No ser normal, salir de la norma es la gran lucha feminista, nuestro movimiento es el que de manera más eficiente ha cuestionado el poder en todas sus formas y en todos los espacios públicos y privados y es el que más ha desafiado a cambios de fondo a la humanidad. Es la revolución de la consciencia con más estudios previos antes de haber iniciado. 

No ser normal ha llevado y tiene sus precios porque aún prevalece el orden patriarcal con cierta fuerza y presencia, creo y sueño que ya lo estamos fracturando y pronto se seguirá desmoronando. Mientras nos cuesta mucho rechazo social, familiar y hasta personal porque son procesos de deconstrucción. 

Pero también nos provee de una fuerza interna que se siente bien, que da autoconfianza, no acerca a mujeres libres y libertarias, de lucha de consciencia, fuera de serie y de toda clase de mujeres, de todas partes, profesiones, oficios, culturas, religiones, formas de pensar que se vuelven redes de apoyo y así se va creando ese nuevo orden, también de hombres que cobran consciencia de todos estos cambios y así nos seguimos imaginando y construyendo nuevas realidades. 

¿Por qué no eres norma?

Porque ser diferente es maravilloso, marca nuestra autenticidad, nuestro valor de ser únicas e irrepetibles, porque sabernos así nos brinda un amor propio que recorre todo el cuerpo con plenitud y nos da fuerza para estar de pie mirando un mejor futuro. Por que saber que mis compañeras de vida, mis hermanas de vida, también son de lucha y si no somos libres todas lo que tendríamos no sería libertad sino privilegio. 

No ser normal será y es la nueva norma porque mientras más nos acostumbremos a ver mujeres con alas de libertad dejarán de mentir a las nuevas generaciones y sabrán que ellas también tienen alas y derechos para usarlas y volar. 

No soy normal porque nací para ser libre de ser yo en todo mi esplendor. 

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