NOTA ESCRITA Por: Artículo 19
Los Estados, incluyendo el Mexicano, tienen la obligación de ofrecer las condiciones necesarias para el goce pleno de los derechos humanos de todas las personas bajo su jurisdicción. En el caso de que un derecho sea vulnerado, los gobiernos están obligados a investigar los hechos, castigar a los responsables y reparar el daño infligido a las víctimas. Finalmente los Estados tienen la obligación de instrumentar las medidas necesarias para que los hechos no vuelvan a repetirse. Durante la administración del Presidente Felipe Calderón Hinojosa han sido asesinados 44 periodistas, 10 más permanecen desaparecidos. Todos y cada uno de ellos permanecen impunes.
El patrón de violencia en contra de la prensa en México es un fenómeno que se ha consolidado en los últimos 10 años, gracias a la indiferencia e ineficacia de las autoridades en turno.
Tan sólo en 2010, se registraron un total de total de 155 agresiones a la libertad de expresión contra periodistas, trabajadores e instalaciones de los medios de comunicación. En México la prensa trabaja en medio de agresiones físicas, amenazas y actos de intimidación. El 49% de estos actos fueron cometidos por funcionarios púbicos.
Si bien las agresiones más violentas provienen de grupos del crimen organizado, los principales agresores de la prensa en México continúan siendo autoridades adscritas a los tres órdenes de gobierno.
De acuerdo con la información que hemos recabado, tres cuartas partes de las agresiones cometidas por parte de agentes del Estado son responsabilidad de corporaciones policiacas y las Fuerzas Armadas en el ejercicio de funciones de seguridad pública.
Durante el año pasado, las instalaciones de 13 medios de comunicación fueron atacadas con armas de alto poder o con artefactos explosivos. 6 periodistas fueron secuestrados, cinco de las víctimas trabajan o trabajaban para empresas de comunicación con presencia nacional, como Televisa, Multimedios o alguna de sus subsidiarias, y se encontraban cubriendo asuntos locales de interés nacional.
La situación de violencia e intimidación en contra de la prensa está alcanzando niveles críticos en estados como Guerrero, Michoacán, Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León y Sinaloa.
De 2008 a 2010, hemos conocido 9 casos de periodistas que huyeron de México en busca de refugio, 8 provienen del estado de Chihuahua y uno de Coahuila.
Ante un panorama como este, resulta imposible sumarnos a los festejos que desde los gobiernos, en especial el federal, pretenden ocultar la situación y con ello negar el dolor de las víctimas y sus familias y su derecho a la justicia.
Frente a la indiferencia e ineficacia del Estado Mexicano, brilla el valor y dignidad con la que no pocos periodistas defienden día con día el derecho a proveer información a la sociedad. Así también resulta admirable el esfuerzo de ciudadanos que mediante la utilización de las redes sociales, combaten la desinformación y el silencio que desde distintos frentes pretenden imponer a la sociedad.
Hoy la prensa en México se debate entre la violencia y la autocensura, mientras que el Estado regatea el cumplimiento de sus funciones. Lo cual tiene un efecto concreto en la calidad democrática y el bienestar de las personas y sus familias. Sin un periodismo libre no hay democracia.
Más información en:
http://www.libertad-expresion.org.mx/tag/article-xix/
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