¿Porqué no me entiendes?


Esa es una pregunta que no tiene género, les sucede a ambas partes, pero es más frecuente en las mujeres y son ellas quienes quieren más que nada una respuesta.


La respuesta no es simple, sobre todo sin no ponen en perspectiva sus parejas la problemática que tiene implícita el hecho de ser mujer, a parte de su historia personal.


Pareciera que se requieren estudios de tan complejos como los de un astronauta de la Nasa, pero tampoco es tan simple.


Por años se ha fortalecido relaciones de poder entre hombres y mujeres y se ha sofisticado el abuso de ellos hacia ellas principalmente. El abuso emocional como acción encubierta es cada vez más utilizado. El objetivo de esta forma de abuso es controlar a la mujer, mediante la degradación, las amenazas, humillación o cualquier conducta que le cause un daño en su salud o desarrollo personal, habitualmente ellas no son conscientes de la violencia que están sufriendo.


Hoy sabemos que no solo la persona violentada sufre, también sufre el agresor. Existe agrupaciones de hombres que buscan cambiar estas formas insanas de relacionarse.


Para ello es muy importante que ellos se pongan en los zapatos de ellas. Para muchas mujeres salir del seno familiar representa romper con relaciones violentas por "tradición" y les es muy difícil relacionarse sanamente con sus parejas.


Ellas buscan respuestas, hay mujeres con acceso a la información y a la ayuda que las lleva a relaciones más tranquilas, pero la gran mayoría no tiene acceso a esa información. Aunque desean saber que les sucede y como pueden sentirse mejor al no tener los conocimientos solo le resta aprender con la vida misma.


Por eso es relevante la intervención del Estado en el acceso a esa información, al cuidado de la salud física, psicológica y mental de las mujeres y de los hombres, para que al estar informados haya más empatía entre ambos géneros.


Al encontrarse en desventaja las mujeres es muy necesario que los hombres busquen comprender más su situación día a día, ya que a diario se enfrentan a diversos retos de discriminación de género.


La ganancia será para todos, cuando un hombre comprende a una mujer él será comprendido, así es como ayuda la empatía, es decir ponerse en los zapatos del otro o de la otra.


En muchas ocasiones también es importante comprender la presión social que tienen los hombres por demostrar supremacía sobre las mujeres, aún contra su voluntad. Cuando un hombre busca honestamente su rehabilitación y trata de reaprender su forma de tratar a las mujeres también necesita empatía y comprensión para trascender hacia relaciones más sanas y disfrutables. Esta situación la viven principalmente los hombres de las nuevas generaciones.


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