Dos, las feministas no odian a los hombres, aunque hay que aceptar que como en todo movimiento social, se desarrollan diversas corrientes dentro del mismo y entonces sí existen algunos grupos extremistas, pero son los menos. Al final en el fondo de todo este movimiento feminista se buscan relaciones más sanas con los hombres. Por otra parte una mujer que reivindica sus derechos y valores es mucho más atractiva pues se sentirá más cómoda buscando la relación en la cual tiene algo que aportar y está dispuesta a recibir.
Tres, razonar sobre lo que las mujeres feministas queremos no es volverse fría y calculadora. El hecho de que una mujer reconozca sus límites y sea determinante en lo que está dispuesta a permitir dentro de la relación, no es consecuencia pura de ser feminista es el principio de toda relación sana, respetuosa, divertida y amorosa. Incluso recientes estudios realizados en la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey, E.U., determinaron que dentro de los estereotipos de relaciones que hasta ahora conocemos se encontró que las feministas obtienen relaciones heterosexuales más sanas, amorosas e incluso románticas, pues a los hombres les da mayor estabilidad y un aumento en la satisfacción sexual.

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